Leishmaniasis, una enfermedad olvidada que debemos recordar
En sociedades desarrolladas como la nuestra, nos parece muy lejano hablar de patologías como la Leishmaniasis: enfermedad parasitaria tropical causada por una variedad de Leishmania que se transmite por la picadura de un mosquito flebotomino. Su forma más grave, es la Leishmaniasis Visceral.
Esta enfermedad, solo superada por la malaria en incidencia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) produce una perdida de años de vida saludable a unos 2,4 millones de afectados de los que 50.000 mueren cada año. Su población de riesgo estimada en 368 millones de personas.
Cuando una persona es infectada, el sistema inmunológico se debilita y el organismo está más expuesto a enfermedades oportunistas. Los síntomas son: pérdida de apetito, agrandamiento de bazo e hígado y anemia. Con un diagnóstico y tratamiento temprano se evita la muerte, incluso en entornos con recursos limitados.
La leishmaniasis es una de las enfermedades olvidadas: afectan a millares de personas en todo el mundo, pero que no disponen de tratamientos eficaces o adecuados. En su mayoría se trata de enfermedades tropicales infecciosas que afectan fundamentalmente a la población más pobre, como por ejemplo la Leishmaniasis, la enfermedad del sueño, la malaria y la enfermedad de Chagas, que generan un impacto devastador en la humanidad.
Dicho todo esto, la verdad es que no debería sonarnos tan lejana la Leishmamiasis, repercusión de las cifras aparte, porque estos días ha habido en la Comunidad de Madrid un brote importante de esta enfermedad. En el caso que os estamos comentando y que ha saltado a los medios estos días, los técnicos de la Consejería de Sanidad han cifrado en Madrid 240 casos contabilizados hasta ahora en la zona de Fuenlabrada (201), Leganés (26) y Getafe (13).
A la vez que se producía este brote de leishmaniasis en la comunidad de Madrid, tuvo lugar el simposio internacional sobre brotes de leishmaniasis visceral, los días 26-27 de Marzo en el Instituto de Salud Carlos III, en los que se analizó esta situación. Una de las conclusiones alcanzadas por los profesionales tanto de atención primaria como de especializada es que la información llegó tarde y que faltaban directrices de actuación.
Estamos hablando de 240 casos contabilizados en una provincia de un país europeo, con todos los recursos a su disposición y según los testimonios de los expertos no se actúo tan bien como se habría debido actuar. Si comparamos esta situación con los 2,4 millones de afectados que nos podemos encontrar en países empobrecidos como Sudán, Sudán del Sur, Etiopía, Kenia, Somalia, Uganda, India y Bangladesh, podemos entender al instante lo complicado de la situación.
Además los protocolos de tratamiento son específicos según la región ya que su eficacia varía según la zona. Aunque si la consultamos, la lista de tratamientos parece extensa, cada uno tiene limitaciones significativas. No se ha investigado un tratamiento adecuado para una enfermedad de estas repercusiones.
En Farmamundi y con campañas como Esenciales para la Vida, que apuestan por la salud universal como un derecho para todos y por el acceso a medicamentos esenciales para los países empobrecidos entendemos que no hay manera de justificar las cifras que estamos comentando y empleamos todos nuestros recursos para erradicar esta situación.
Además para el 2015 según los compromisos generados en el año 2000 por los 193 países miembros de las Naciones Unidas, es decir: según los Objetivos del Milenio hay metas establecidas y directamente relacionadas con el caso que nos ocupa que tenemos que alcanzar: Erradicar la pobreza extrema y el hambre – Reducir la mortalidad infantil – Mejorar la salud materna – Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades o Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Empleando las palabras de Ban Ki-moon (Secretario General de la ONU) en el prologo del informe de 2010: “El mundo posee los recursos y los conocimientos necesarios para segurar que hasta los países más pobres o incluso aquellos que se enfrentan a grandes obstáculos como enfermedades, aislamiento geográfico o conflictos civiles, puedan tener a su alcance los Objetivos redesarrollo del Milenio” desde Farmamundi entendemos que es posible alcanzar estos compromisos adquiridos con las personas más desfavorecidas y que para ello la participación de todos es esencial.